«Hay días en los que no te apetece ser el fuego,
pero cuando tu naturaleza es arder,
no hay nada en el universo que te pueda apagar.
Ni siquiera tú.«
Desconocido.
…No olvides sonreír…
«Hay días en los que no te apetece ser el fuego,
pero cuando tu naturaleza es arder,
no hay nada en el universo que te pueda apagar.
Ni siquiera tú.«
Desconocido.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales.
Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores.
Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y hay gente de fuego loco, que llena el aire de chispas.
Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.
«Un día el mundo se quedó en silencio;
los árboles, arriba, eran hondos y majestuosos, y nosotros sentíamos bajo nuestra piel el movimiento de la tierra.
Tus manos fueron suaves en las mías y yo sentí la gravedad y la luz y que vivías en mi corazón. Todo era verdad bajo los árboles, todo era verdad.
Yo comprendía todas las cosas como se comprende un fruto con la boca, una luz con los ojos.»
Antonio Gamoneda
Conozco un lugar
no muy lejos de aquí
donde hay luz y sombra
donde puedes encontrar silencio y paz
un estado de tranquilidad
respuestas muy valiosas
y también pensamientos dolorosos
emociones que te arrastran
estímulos y tensión de tu cuerpo
Si regresas a menudo aquí
y aceptas lo que hay
sin excluir nada
dejándote sorprender
cada vez es la primera vez
algo empieza a salir a la superficie
desde lo más profundo de ti mismo
puede surgir claridad
un acceso a tu sabiduría interior
empiezas a soltar
sientes una gran conexión con todo
sientes gratitud y amor
Conozco un lugar
no muy lejos de aquí
donde tú también puedes ir.
Ahora contaremos doce
y nos quedamos todos quietos.
Por una vez sobre la tierra
no hablemos en ningún idioma,
por un segundo detengámonos,
no movamos tanto los brazos.
Sería un minuto fragante,
sin prisa, sin locomotoras,
todos estaríamos juntos
en una inquietud instantánea.
Los pescadores del mar frío
no harían daño a las ballenas
y el trabajador de la sal
miraría sus manos rotas.
Los que preparan guerras verdes,
guerras de gas, guerras de fuego,
victorias sin sobrevivientes,
se pondrían un traje puro
y andarían con sus hermanos
por la sombra, sin hacer nada.
No se confunda lo que quiero
con la inacción definitiva:
la vida es solo lo que se hace,
no quiero nada con la muerte.
Si no pudimos ser unánimes
moviendo tanto nuestras vidas,
tal vez no hacer nada una vez,
tal vez un gran silencio pueda
interrumpir esta tristeza,
este no entendernos jamás
y amenazarnos con la muerte,
tal vez la tierra nos enseñe
cuando todo parece muerto
y luego todo estaba vivo.
Ahora contare hasta doce
y tú te callas y me voy.
Poema de Pablo Neruda
Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito,
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca.
No arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente
quien hace de la televisión su gurú.
Muere lentamente
quien evita una pasión,
quien prefiere el negro sobre blanco
y los puntos sobre las “íes” a un remolino de emociones,
justamente las que rescatan el brillo de los ojos,
sonrisas de los bostezos,
corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente
quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo,
quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño,
quien no se permite por lo menos una vez en la vida,
huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente
quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en si mismo.
Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente,
quien pasa los días quejándose de su mala suerte
o de la lluvia incesante.
Muere lentamente,
quien abandona un proyecto antes de iniciarlo,
no preguntando de un asunto que desconoce
o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas,
recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor
que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos
una espléndida felicidad.
Poema de Martha Madeiros
A veces me llaman la cigarra;
bichito que siempre sigue cantando
sobre todo cuando hace mucho calor
animándose a sí mismo y al mundo entero
Otras veces me llaman el ave Fénix,
mítico animal volador
que renace de sus cenizas
cuando ya nadie lo espera
También tengo forma de flor
El edelweiss que crece en soledad
en alta montaña cerca del techo del mundo
y casi en contacto con el sol y la luna
La verdad es que tengo miles de formas
vivo en las rocas, en las nubes, en el mar
en los bosques, en el interior de la tierra
en las estrellas y en el aire del amanecer
soy la esencia, soy la energía
de la que están hechas todas las cosas
soy tú, soy ella, soy aquél, soy eso
y nos conocemos desde hace tanto tiempo
te espero con mucha paciencia
para que dejes de tener miedo de ser tú
de ser yo, de ser millones de seres a la vez,
de compartir tu esencia sin más
y te darás cuenta en aquel día
cuando todas las cigarras canten contigo
que tu corazón está lleno de seres mágicos
y que el ser más maravilloso eres tú.
Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.
Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justicia. A estos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada.
Me gusta la gente que con su energía, contagia.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos. La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.
Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.
Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.
Vive la vida de modo
Que el temor a la muerte
No pueda entrar nunca
En tu corazón.
No importunes a nadie
Acerca de su religión.
Respeta a los demás
Y sus puntos de vista
Y exige de ellos
Que respeten el tuyo.
Ama tu vida, perfecciónala.
Embellece todas las cosas de tu vida.
Trata de prolongar tu vida
Y de hacerla útil para tu pueblo.
Cuando llegue la hora de tu muerte,
No seas como aquéllos cuyos corazones
Están llenos de temor a la muerte
Y que al llegar su momento lloran y rezan.
Para tener un poco más de tiempo,
Para vivir la vida de modo diferente,
Canta tu canción fúnebre
Y muere como un héroe
Que regresa a su casa.
Tecumseh, Jefe de la tribu india de los Shawnee.
Mi Espiritualidad se basa en todo cuanto esté colmado de Paz, Amor, Sabiduría y Libertad. La Paz del Manantial iluminado por la Luz del Padre Sol, la Sabiduría que me transmite la Naturaleza y el Amor que me infunden los Animales, los Ríos y los Valles embriagándose de Libertad.
El Amor es mi Religión. La Vida, mi Diosa. No contemplo mayor Adoración que a la Vida y al Amor hacia toda Forma de Vida, ya que Templo de Rezo y Biblioteca de Conocimiento es la Madre Naturaleza. Libros Sagrados, cargados de Vida y de Sabiduría son sus Árboles, y Fuente Inagotable de Riqueza Espiritual son sus Ríos y Manantiales. Los Animales son los Maestros y Guardianes de este Santuario y no existe Doctrina que valga más que la Contemplación y el Silencio. No existe Dogma que pueda suplantar la Libertad de Amar a tu prójimo, sea Humano, Animal, Mineral o Vegetal. No profeso mayor adoración que a la Vida y al Amor hacia toda Forma de Vida. Así es cómo he hallado el Camino del Corazón hacia la Paz Interior.
No me siento solo. El Sol, la Luna y las Estrellas son mi Familia Cósmica. La Tierra, mi Gran-Diosa Madre. El Cielo, mi Gran-Dios Padre. Quienes me miran a los ojos son mis Hermanas y Hermanos y Yo Soy Uno con el Multi-Verso. Me Siento Uno con el Todo. Me Siento Uno con la Humanidad, los Animales y la Naturaleza.
-Nayum al-Masir-
Ig @nayumalmasir